Băi

Hoy tengo más tiempo . A vosotros que os paráis un segundo. ¿Os preguntáis qué tiene el segundo para que pueda invadir toda una vida?

Hoy es uno de esos días  que oigo hasta el péndulo que está avisándome de la migraña que se instala en el lado oscuro de las ramas. Hasta la manecilla o la voz que se desgasta de ese ruido intranquilo que opera como un salvaje en la memoria.

Hoy es uno de esos días que la adversidad es un plato jodido para comenzar a debatir hasta el fin del mundo. El fin es un recado, una avaricia que tiene nombre y apellidos y que se destapa como un tirachinas, como un perpetuo desaliño de la indulgencia.  Y eso que la sombra se huele  casi de lejos, de cerca, o de puntillas. Cuando la madrugada es un destello de la incoherencia, un amante que me saca de mi cama para violar hasta el estrecho margen de una locura.

Este dulce de leche, opera hasta mi propia gloria, mi ángel o mi demonio.

 

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